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| Recreación del cortejo festivo por las calles de Las Palmas de Gran Canaria («La Ilustración. Periódico universal», 3/7/1852, p. 1) |
La provincia de Canarias, ideada desde la obra legislativa de Cádiz (1812-1814), cristalizada en 1822 (Guimerá, p. 588) durante el Trienio Liberal, aumentó el resquemor entre los habitantes de las dos grandes islas, sobre todo en referencia a la actividad comercial, dada la capitalidad de Santa Cruz de Tenerife. Los diputados grancanarios en las Cortes, don Jacinto de León y don Cristóbal del Castillo Manrique de Lara (Guimerá, p. 571), consiguieron que S. M. Isabel II dividiera la única provincia que conformaba el archipiélago canario en dos distritos administrativos por Real Decreto del 17 de marzo de 1852.
Ante tal noticia, la alegría de los grancanarios desbordó, de tal manera, que se prepararon varios días de actos solemnes en la capital de la isla con pasacalles, bailes, banquetes, discursos oficiales, fuegos artificiales, rifas benéficas, etc., dentro de las fiestas de la Pascua.
«Nuestro corresponsal de las Palmas de Gran Canaria, con fecha 22 de abril nos dice lo siguiente: La noticia de la división de provincias, publicada en la Gaceta del 18 de marzo, ha llenado de indecible júbilo, no solo a la isla de Gran Canaria, sino también a las de Fuerteventura y Lanzarote. Prueba inequívoca de ello, es la multitud de personas de estas, que han atravesado el mar para participar de la alegría que hoy rebosa de los pechos de los canarios. Si hubiera de pintar a ustedes con todos sus vivos colores los festejos que han tenido lugar en esta población, y el entusiasmo de que están poseídos los ánimos de estos leales habitantes, me sería preciso escribir páginas innumerables (…).
Todos los ayuntamientos, hasta de los pueblos más insignificantes, se apresuraron a venir a felicitar al de esta ciudad el domingo de Pascua (…) las fiestas continuaron durante los tres días de Pascua, habiéndose dado por este ayuntamiento un espléndido banquete» («El Sol», 14/05/1852, p. 2).
En su preparación y desarrollo destacó muy positivamente nuestra ciudad, además, como representante de toda la comarca sur de la isla. Cientos de teldenses, agitando palmas, integraron una llamativa romería civil desde el Paseo de San José hasta el extinto convento de San Agustín.
«Llegó el domingo de Pascua, día señalado por los pueblos de Guía y Telde para hacer su entrada en la Ciudad, manifestando de este modo la parte que tomaban en nuestra común felicidad (…).
Entre tanto el pueblo de Telde, acompañado de todos los demás de la parte del sur de la isla, preparaba por este lado en la iglesia del barrio de San José otra magnífica carroza, con el retrato de S. M., cuyo exquisito trabajo, obra de D. Francisco Zumbado Ripa, produjo en los espectadores, lo mismo que la de Guía, dirigida por D. Luis del Mármol, la más agradable sorpresa. Abrían la marcha a esta segunda comitiva cuatro bizarros jóvenes vestidos con los elegantes trajes de la corte de Felipe IV, y montados sobre caballos blancos como la nieve, primorosamente enjaezados; después seguía una triple y prolongada hilera de personas con palmas en la mano; y por último venía la regia carroza tirada por cuatro guerreros armados de casco y coraza, y cuatro hermosas y modestas jóvenes, vestidas de blanco, con el sedoso cabello graciosamente suelto por la espalda. Así avanzó rodeada de un inmenso gentío la vistosa comitiva, hasta que se le incorporó la de Guía con sus palmas, banderas, música, y juntas descendieron por la calle del Colegio (…).
El brillante cortejo hizo por fin un alto en la plazuela de San Agustín, y después de un corto descanso penetró en los espaciosos claustros del Instituto. En este espacioso salón, colgado todo de damasco carmesí, y bajo un dosel de terciopelo recamado de oro, se veía otro retrato de S. M. de cuerpo entero, teniendo a su derecha el glorioso pendón que en 1483 ondeó triunfante Alonso Jaime de Sotomayor el día 29 de abril en que se rindió el último canario. Los ayuntamientos de Guía y Telde arengaron aquí al de las Palmas, que contestó `por conduelo del señor López Botas en un sentido y elocuente discurso, terminando con un viva a la Reina, al gobierno, a nuestros dignos diputados y a la unión y prosperidad de los dos distritos. Concluido este solemne acto, se disolvió la reunión, hasta las cuatro de la tarde, en que el vistoso carro de Telde paseó de nuevo las calles de la ciudad, en el mismo orden con que hemos descrito su entrada» («La Ilustración. Periódico universal», 3/7/1852, pp. 1-2)
Estos actos de loa y gratitud a S. M. la Reina y a los diputados canarios que tal gracia habían conseguido se verán recompensados, por así decirlo, cuando la monarca conceda por Real Decreto de 11 de julio del mismo año, la categoría de «francos» a los puertos canarios.
REFERENCIAS
Guimerá Peraza, M. (1968). «El pleito insular. La división de la provincia de Canarias (1840-1873)» en Anuario de Estudios Atlánticos, núm. 14, pp. 535-635.
«La Ilustración. Periódico universal», 3/7/1852.
"El Sol", 14/05/1852.
