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| Tramo de la carretera de Telde a Jinámar a la altura de La Primavera (FEDAC) |
Las nuevas generaciones, acostumbradas a las autovías y autopista que casi circunvalan la isla, desconocen que la única carretera que unía la capital de la isla con el sur, entonces Juan Grande, discurría por el actual Paseo de San José, la playa de La Laja con su túnel y el pueblo de Jinámar hasta entroncar con San Juan cruzando el puente «de los Siete Ojos». Desde aquí, tras salir de la ciudad por la plaza de Arauz (hoy parque Franchy y Roca), seguía la carretera hacia Agüimes y demás localidades sureñas.
Quiso el Estado que esta carretera se construyese ya en 1848 siguiendo el camino vecinal que poco había cambiado desde tiempos de la conquista. Sin embargo, en el devenir político y económico de España, no será hasta 1863 (mejor 1866) cuando se inaugure en su totalidad tras el empuje dado a sus obras por el ingeniero teldense don Juan de León y Castillo que retoma el proyecto que de la misma ya había diseñado el ingeniero Antonio Molina (Hernández, p. 39).
«En el mismo caso [paralizada por falta de fondos] se halla la carretera cuya apertura fue autorizada en 1848 y que debía atravesar la isla por la parte del Norte uniendo a Las Palmas con el pequeño pueblo de Agaete, distante siete leguas de ellas; e igualmente acontece con el ramal destinado a enlazar la misma con Telde.
Si a tan escaso apoyo por parte del gobierno para llevar a cabo obras que imperiosamente exigen los intereses materiales en aquellas islas, y que son necesarias para el desarrollo de los elementos de riqueza que tanto al país como al Estado convienen favorecer, se agrega el abandono en que se encuentran la mayor parte de los ramos administrativos, fácilmente nos explicaremos el decaimiento de este hermoso país, su falta de población y su escasa riqueza actual, comparativamente con la que debería alcanzar («El Orbe», 8/04/1857, p. 4).
Quizás las quejas expresadas en 1857 causaron la llegada a la oficina de Obras Públicas de Gran Canaria de León y Castillo al año siguiente. Nada más pertrechar la oficina con lo necesario, se puso manos a la obra, entre otras cosas, con el proyecto que nos ocupa. De esta manera, el 15 de septiembre de 1859, ya puede presentar una memoria del mismo (Hernández, pp. 127-129), proyectando las obras en tres grandes tramos:
a) De San José al barranco de El Salto del Negro.
b) De El Santo del Negro a Juan Ruano (Vega de Jinámar).
c) De Juan Ruano a la ermita de san Pedro mártir. (Hernández, pp. 39-41).
A partir de entonces, las obras marcharían al ritmo de la financiación que el Estado le otorgaba tras declarar el proyecto como «carretera de segundo orden» y llegar a la colocación de la última piedra del séptimo arco del puente sobre el barranco de Telde el 6 de octubre de 1865 (Jiménez, p. 89).
Año 1860. Parece que ahora sí, pero no
La aprobación del proyecto no supuso el inmediato inicio de las obras. La financiación por parte del Estado no terminaba de concretarse por más reales decretos y subastas (concesiones) que se fueran aprobando.
«Un Real decreto declarando de segundo orden la carretera que partiendo de la ciudad de las Palmas termina en Telde (islas Canarias)» («La Gaceta militar», 18/07/1860, p. 3).
«Por reales decretos que publica La Gaceta, se declaran de segundo orden las carreteras que partiendo la una de la ciudad de las Palmas, en las islas Canarias, termina en Telde y la otra que partiendo de Toledo termina en Ciudad-Real» («El Día»», 19/07/1860, p. 2).
«La dirección general de Obras públicas ha señalado el día 10 de septiembre próximo para la subasta de las obras del trozo primero de la carretera de segundo orden de Palmas a Telde, cuyo presupuesto asciende a 426,478 rs. 27 céntimos» («El Reino», 26/07/1860, p. 3).
«Ministerio de Fomento. Relación por provincias de las carreteras que forman el plan general para la Península e islas adyacentes (…). Carreteras de tercer orden (…). Gran Canaria. Telde a Juan Grande por Agüimes» («El Clamor público», 2/10/1860, p. 3).
Año 1861. Sin financiación todavía
«El último correo de Canarias nos trae noticias de aquellas islas, que alcanzan hasta el 28 del pasado. Las obras públicas en Gran Canaria toman de día en día un incremento considerable, merced a la inteligencia y celo del joven ingeniero D. Juan de León y Castillo. La carretera al Puerto de la Luz, estará terminada dentro de dos meses, gracias a la actividad que han desplegado los contratistas Sres. Massieu, que a pesar de la falta de operarios y de los escasos recursos del país para esta clase de construcciones, han logrado superar todas las dificultades y hacer una obra modelo en su clase. El faro de la isleta está ya rematado por los mismos señores y pronto se comenzará a construir, y por último, la carretera de Las Palmas a Telde, tan necesaria porque pone en comunicación las dos poblaciones más importantes de la isla, también se ha rematado, y en breve se dará principio a la construcción» («El Universal»·, 24/02/1861, p. 2).
Año 1862. Por fin en proceso
«En la carretera de Las Palmas a Telde se trabaja con gran actividad, y es de esperar que muy pronto queden unidas por medio de ella los pueblos más importantes de la isla» («La Correspondencia de España», 6/01/1862, p. 3).
«El 16 de agosto se verificará en la Dirección de Obras Públicas las subastas de las carreteras siguientes: (…). El trozo tercero de las Palmas a Telde, provincia de Canarias, bajo el tipo de su presupuesto de contrata importantes 555,971 res. 52 cénts.» («La Regeneración», 10/07/1862, p. 4).
Año 1863. Conectados por la Marfea
El desarrollo de las obras en sí fue necesitando de más recursos que excedían lo presupuestado. De ahí que se suscitara el resquemor de otras provincias inmersas, también, en obras de ingeniería viaria.
«Por el interés que puedan tener para nuestros lectores, y para complacer a algunos de provincias que lo han solicitado, ponemos a continuación un extracto de las subastas anunciadas por la dirección general de Obras públicas: (…). 4 de septiembre (…). De las obras de un fuerte para el paso del barranco de Telde, en la carretera de Las Palmas a Telde. Presupuesto, rs. vn. 453,393-64. Depósito, 22,600» («El Reino», 2/07/1863, p. 1).
Se llevaría a cabo la mencionada subasta, finalmente, el 18 de septiembre («Gaceta de los caminos de hierro», 2/08/1963, p. 8).
No en vano, era cierto que salvar algunos escollos en el trazado de la carretera insular proyectada conllevaba un esfuerzo ingente de recursos, no solo en la época sino en la actualidad.
«Las obras públicas adelantaban en todas las islas. El 4 del actual a las once de la mañana han quedado en comunicación las dos cámaras que venían simultáneamente practicándose para el establecimiento del túnel de Mar-fea en la carretera de segundo orden de Santa Cruz (sic.) a Telde. Esa hora fue de verdadero júbilo y entusiasmo para los encargados de la obra y operarios, quienes unos en pos de otros se lanzaron por la brecha abierta en el tabique que separaba ambas cámaras» («La Correspondencia de España», 22/07/1863, p. 2).
«Dice nuestro apreciable colega el País de Canarias:
«El 28 de Noviembre último ha quedado abierta a la circulación el segundo trozo de la carretera de segundo orden de las Palmas a Telde, en esta isla.
Entre las obras que abraza este trozo, llaman la atención, por su importancia, el túnel de la mar fea, abierto en roca viva, de 111 metros de longitud; y el puente de la cuesta empedrada de cosa de 17 metros de elevación.
Solo el Estado ha podido llevar a cima la obra del túnel, obra asombrosa por la clase de roca que se ha practicado que esa la más dura que la geología nos presenta, midiendo un cubo de desmonte de 111 metros lineales, por una sección de cerca de 20 metros cuadrados, que hacen 2,200 metros cúbicos; y esto sin contar el desmonte en la misma clase de roca que ha precedido seguido al túnel propiamente dicho» («El Clamor público», 25/12/1863, p. 3).
Año 1864. La novedad, ayer como hoy
«Ayer recibimos la correspondencia de Canarias con noticias de aquellas islas que alcanzan al 26 de diciembre último, en cuya fecha, era bueno el estado sanitario de todas ellas (…). La carretera que une a Telde con las Palmas, terminada hace poco, se halla constantemente transitada por los coches de las personas más ricas del país, que han convertido a la ciudad de Telde en un delicioso sitio de recreo» («El Eco del país», 6/01/1864, p. 3).
«Canarias. Hemos recibido noticias de aquellas islas que alcanzan al 14 del corriente: (…). La rica ciudad de Telde, unida ya a Las Palmas por una buena carretera, se hallaba constantemente visitada por numerosas personas que acudían a ella a pasar los días festivos en dulce esparcimiento, y se preparaban muchas familias, de las más acomodadas del país, a veranear en aquella ciudad que tantos recursos encierra, y donde las brisas del mar extinguen casi por completo los ardores del reverberante sol de los trópicos» («La Razón española», 26/05/1864, p. 2).
El crecimiento económico de la ciudad de Telde se vio favorecido con esta vía de comunicación de primer orden que los ha conectado a la capital (con su puerto en ciernes). Así, del mismo modo, se buscó la mejora de su conexión hacia el sur.
«Carreteras de tercer orden. (…). Las Palmas a Agüimes por Telde» («El Reino», 14/09/1864, p. 1).
1866: El puente sobre el barranco de Telde, el de los ¿Nueve Ojos?
Visto lo anterior, se sobrentiende que ya se podía circular por él desde 1864. Sin embargo, en honor a la verdad, el puente no se dio por finalizado oficialmente hasta dos años después.
«En los periódicos de Canarias que recibimos ayer, hallamos las noticias siguientes:
Dice El Auxiliar: (…).
El ingeniero jefe de Canarias ha sido autorizado por la superioridad, para recibir definitivamente con las formalidades de ley, las obras del puente de Telde, ejecutadas por su contratista D. Antonio Matos y Moreno» («La Reforma», 22/09/1866, p. 2).
Como en toda obra sobre plano, la realidad a veces se impone. Quizás al contratista Matos y a su cuadrilla, así como al devenir de la propia obra, debamos que el puente que León y Castillo soñó con nueve ojos (Jiménez, p. 80), se quedara finalmente en siete y, así, nombrado por todos los teldenses.
REFERENCIAS
Florido Medina, G. (2016). «El puente de los Siete Ojos cumple un siglo y Medio» en TeldeActualidad, 28/06/2016, https://teldeactualidad.com/archive/93066/cultura [consultado el 9/11/2024].
Hernández Gutiérrez, A. S. (2006). Juan de León y Castillo. Biografías de Científicos Canarios. Oficina de Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno de Canarias. Las Palmas de Gran Canaria.
Jiménez Martel, G. (2002). «La carretera de Las Palmas de Gran Canaria a la ciudad de Telde. El instrumento del progreso y desarrollo de la zona sur-este de la Isla» en Boletín Millares Carló, núm. 21, pp. 63-91.
REFERENCIAS HEMEROGRÁFICAS
«El Clamor público», 2/10/1860 y 25/12/1863.
«El Día», 19/07/1860.
«El Eco del país», 6/01/1864.
«El Reino», 26/07/1860, 2/07/1863 y 14/09/1864.
«Gaceta de los caminos de hierro», 2/08/1863.
«El Orbe», 8/04/1857.
«El Universal»·, 24/02/1861.
«La Correspondencia de España», 6/01/1862 y 22/07/1863.
«La Gaceta militar», 18/07/1860.
«La Razón española», 26/05/1864.
«La Reforma» 22/09/1866.
«La Regeneración», 10/07/1862.



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