16 noviembre 2024

DE NÁUFRAGOS Y PRIMEROS AUXILIOS

Vista panorámica de la costa teldense (c. 1920) (FEDAC)

Desde hace algunos años, el cronista oficial de la vecina Villa de Ingenio, don Rafael Sánchez Valerón, ha venido contribuyendo a la historia canaria con una serie de artículos de investigación sobre los diversos naufragios que han acontecido en la costa teldense. Me permito aportarle la crónica de uno que no ha advertido en su encomiable labor. 

«En la prensa de las Palmas de la Gran Canaria hallamos los siguientes pormenores respecto a la pérdida del bergantín francés S. Chrysostome:
«Una lamentable desgracia tenemos hoy que comunicar a nuestros abonados. Un bergantín francés denominado S. Chrysostome, acaba de perderse al Sur de esta isla en las inmediaciones de la punta de Melenara.
Este buque salió de Marsella el 28 de Noviembre último, con cargamento de mercaderías, entre otras, aceite, abono químico y velas esteáricas, con destino a Moule (isla de Guadalupe). A las ocho de la noche del sábado 18 del actual, pasaba frente al puerto de Las Palmas con dirección al Sur. La noche se hallaba completamente oscura, y guiándose en sus cálculos por el faro, creyeron equivocadamente que se encontraban a cinco millas distante de tierra, cuando a las diez y cuarenta y cinco minutos chocó contra unas rocas por el sitio ya dicho, próximo a la costa, y se abrió, sumergiéndose en breves momentos.
Cuál sería la confusión y el pánico que se apoderó de los diez individuos que componían la tripulación, ya pueden suponerlo nuestros lectores. En los instantes mismos del siniestro, cuando el capitán Goat trataba de procurar la salvación de su gente, un banco de mar se lo lleva sepultándolo con él. Eran las doce de la noche y el buque ya había desaparecido. Los tripulantes trataron de salvarse y seis pudieron llegar a una roca donde por mucho tiempo tuvieron que luchar con la violencia de las olas, en cuya lucha perecieron dos de los seis refugiados. Al fin los cuatro restantes se lanzaron buscando tierra, que felizmente la encontraron salvándose uno de ellos en un bote de pescadores.
El mal estado en que se hallaban estos desgraciados náufragos, hizo que se les condujera al hospital de esta ciudad, después de habérseles prodigado cuantos auxilios fue posible en la jurisdicción de Telde, encontrándose ya en disposición de marchar a su país, que, según hemos oído, lo harán en el vapor francés surto en nuestra rada» («El Globo», 2/01/1876, p. 3).

Hospital San Pedro Mártir de Telde (FEDAC) 

Los auxilios en la jurisdicción de Telde referidos por la noticia fueron posibles de la mano del médico don Vicente Ruano Urquía que desde 1870 ocupaba la plaza de médico titular de nuestra ciudad (Bosch, p. 30). No pasaron de ser primeros auxilios pues el ingreso de los náufragos debió hacerse en el hospital de San Martín de la capital al que el de San Pedro Mártir de Telde había quedado agregado por ruina e inoperancia desde el 24 de noviembre de 1837 (Bosch, p. 23). 

Retrato del doctor Vicente Ruano Urquía (Cumbre, p. 1)

Del agüimense don Vicente Ruano Urquía (1852-1924) conocemos que «estudió la segunda enseñanza en Las Palmas y después, en Madrid, la licenciatura de Medicina y Cirugía, donde se especializó en enfermedades de la piel. En dicha especialidad fue alumno del renombrado profesor del Hospital de San Juan de Dios, doctor Olavides. Terminado sus estudios vino a Canarias.
La primera ocasión que se le presentó de ejercer su profesión fue en Telde, donde el Padre de Don Vicente Ruano era Notario. Obtuvo inmediatamente la plaza de Médico titular de aquella Ciudad, cargo que ejerció hasta que se trasladó a Las Palmas en 1884.
Vino impulsado por la fama de buen médico que había adquirido en Telde, cosa que confirmó aquí entre sus compañeros. Fue durante muchos años director del Hospital de San Lázaro en donde dejó un recuerdo imborrable, el mismo que aún se conserva entre muchas familias de Las Palmas. Fue el primer cirujano que aquí extrajo el «apéndice». Obtuvo también los cargos de Subdelegado de Medicina e Inspector Municipal de Sanidad. Varias memorias que redactó sobre temas profesionales, se han conservado impresas por lo valiosas que fueron en auxilio de la sanidad de la Capital y la Isla.
Fue notable su labor al frente del Museo Canario, que entonces se convierte en centro donde las frecuentes conferencias dieron vida e interés a la institución» (Cumbre, pp. 1-4).


REFERENCIAS

Bosch Millares, J. (1952). «Hospitales de Gran Canaria: el hospital de curación de la ciudad de Telde» en El Museo Canario, núm. 52, pp. 1-30.

Cumbre (1955). «Don Vicente Ruano Urquía» en Serie de 100 canarios ilustres, núm. 55, pp. 1-4. https://mdc.ulpgc.es/files/original/0a94b83aad2d6dee0f951ed2185dc61243d63e65.pdf [consultado el 14/11/24].

«El Globo», 2/01/1876.

Sánchez Valerón, R. (2024). Recopilación de naufragios en la costa de Telde https://grandio.org/Valeron/Recopilacion_de_Naufragios_en_la%20Costa_de_Telde.pdf [consultado el 16/11/24].

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